Esbozo histórico de los sefarditas corianos
Dra. Blanca De Lima
Publicado en el catálogo de la
exposición “Los sefardíes. Vínculo entre Curazao y Venezuela”.
Co-edición AIV-PDVSA-Museo
Sefardí de Caracas.
Caracas, 2002. Pp. 99-103.
La
migración sefardita desde Curazao hacia Coro fue la primera oleada migratoria
que vivió la región coriana durante el siglo XIX. Los contactos de este grupo
con nuestras costas databan, sin embargo, de mucho atrás. La más ligera
aproximación a documentos del Coro de los siglos XVII y XVIII nos habla de un
intenso contacto entre la tierra firme y sus más inmediatas islas, que fue
constantemente visitada por naves provenientes de las vecinas Antillas. Curazao
fue el núcleo desde el cual, durante el
siglo XVII, la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales se encargó de
recorrer y comerciar a lo largo de las costas venezolanas. La toma definitiva
de Curazao por Holanda, el 28 de julio de 1634, devino en factor que consolidó
estos contactos por encima de la guerra hispano-holandesa. En 1648 España
reconoció la independencia de las siete provincias. Curazao, hasta entonces con
un doble rol estratégico: bélico y comercial, centró sus actividades en el
contrabando con tierra firme, que pasó de tener como pivote el tráfico negrero
a las mercancías europeas demandadas en forma creciente por la población de las
colonias hispanas.
Dos
polos integrarán esta unidad geohistórica entre Coro y Curazao: una colonia con
escasa productividad interna y un enclave comercial activo, poderoso y muy
cercano, donde un núcleo de habitantes –los sefarditas provenientes de
Ámsterdam y Brasil- habían echado raíces desde 1659. Con el correr del siglo
XVIII se consolidarán dos procesos: por una parte, la configuración
institucional de lo que hoy es Venezuela, por la otra, el acrecentamiento del
poderío económico del núcleo de comerciantes judíos arraigados en Curazao,
basado tanto en un comercio ilegal de presencia casi permanente en las costas
coloniales hispanas, que mermaba seriamente el anhelado monopolio comercial de
la corona española, como en el control de casi toda la navegación de Curazao.
Barcelona, Puerto Cabello, Tucacas, Río Hacha, Santa Marta, Barranquilla ... de
oriente a poniente, las aguas caribeñas que bañaban la tierra firme supieron de
la presencia de estos mercaderes.
Bajo una u
otra circunstancia, todo el siglo XVIII corre bajo su presencia. En 1722
escribe Pedro de Olavarriaga al respecto del comercio ilegal desde Curazao: «Los
judíos (sobre todo) son los que las frecuentan más [las costas venezolanas]
por componerse lo principal de esta isla de ellos; y como la mayor parte de
ellos, son apoderados de mercaderes o judíos de Holanda, reciben sus remisiones
por vía de los navíos que vienen casi cada mes, y envían sus productos;...»[1]. En 1723, el gobernador de Coro, Diego
Portales y Meneses, denuncia ante el rey el libre comercio entre Curazao y
Coro, lo cual había permitido el egreso anual hacia Curazao de 1500 mulas,
destinadas a los molinos de azúcar de las islas caribeñas[2]. En
1749, Monsen Enríquez «judío de Nación» llega a Coro reclamando
una mulata de su propiedad, para luego venderla al Pbro. Francisco de la Colina[3]. En
1751 se detecta en Coro a Francisco Garcés como «apoderado de los de Curazao
para la solicitud de esclavos furtivos», reclamando un esclavo de «Manche
de Campos, judío de Curazao»[4]. En
1765 es apresada cerca de La Orchila la balandra Sarah, conducida por Abraham
Penso[5]. En
1769 corre la misma suerte la goleta Rey David, cerca de Los Roques, y en 1774
la goleta La Esperanza, en cabo Codera. El 19 de mayo de 1773, se hace bautizar
en la iglesia de la villa de Nuestra Señora del Rosario de Perijá el judío
Francisco José de Silva, llegado de Curazao[6]. En
1776 son apresados en alta mar y enviados al castillo de San Felipe los judíos
Moisés Maduro e Isaac Ricardo[7]. En
1777 Gabriel Joseph Lindo, comisario del Santo Oficio en Caracas, solicita al
gobernador de la provincia se le entregue a Isidro Oliberos, judío de Curazao
que vino a reclamar un barco que le fuera apresado por la Guipuzcoana «... y
se pasea por esta ciudad sin separación de los demás cristianos,...», para
aislarlo mientras durara la causa[8]. En
1796, Juan Antonio de la Peña se declara en su testamento deudor del judío «nombrado
David Enríquez», residente en Curazao[9].
Entre 1733 y 1760, contra 14 embarcaciones inglesas, 16 francesas y cinco
danesas, se apresaron 109 holandesas dedicadas al contrabando[10].
Entre
1800 y 1816, Curazao vive un período de dificultades. Dada la alianza entre
Holanda y Francia, participa en la guerra franco-británica. Los ingleses
bloquean Willemstad y la isla es tomada sucesivamente por galos e ingleses. El
14 de septiembre de 1800, la goleta La Fortuna llega a Puerto Cabello con 47
personas libres y 51 esclavos. Huían de la invasión inglesa a Curazao. Diversas
familias dieron alojamiento a los refugiados, sefarditas que buscaban
protección en tierra firme, entre ellos Gaspar Henríquez, su cuñada Raquel y su
sobrino Samuel; Sara, mujer del corrector Pale, y su hijo Isaac; doña Rita (viuda
de Miranda), su hija Estrella y una hermana; Abraham Miranda, su mujer Isabela
y su hija Rita; Elías Penso, su esposa Esther y su hija Abigail; Jaime
Henríquez, su madre, su esposa Abigail y sus hijos; don Salomón Delvalle, su
mujer Rebeca y su hija Esther; Abigail (viuda de David Morales), su hija Esther
y su prima Ana Delvalle; Abraham Henríquez y su mujer Sara[11].
Tras
estos años de inestabilidad para Curazao, que también lo fueron para Venezuela
en su gesta y proceso de independencia, la comunidad sefardita, fuertemente
involucrada en la causa patriota a partir del apoyo logístico y financiero
prestado al ejército republicano, cruza el mar y se asienta en tierra coriana
tras la concreción del proceso liberador y la firma del «Tratado de paz,
amistad, navegación y comercio», firmado con los Países Bajos el 1 de mayo de
1829. Trazando un imaginario corte, a partir de 1830 se inicia un proceso
acelerado por el cual los comerciantes sefarditas, que ya controlaban el
comercio ilegal, pasarán a imponerse en la escena local como empresarios
legalizados, residentes en diversos puntos de la región coriana, pero
particularmente en el plano costero y la ciudad de Coro. Para 1831, el censo de
extranjeros ubicaba en Coro una pequeña comunidad judía de aproximadamente 60
personas, dedicadas al comercio[12].
Desde entonces, la combinación de ambos tipos de comercio se hizo cotidiana.
Una somera revisión de expedientes en las diversas secciones del Archivo
Histórico de Coro-UNEFM y del Archivo de la Alcaldía del Municipio Miranda,
permite constatar la presencia de ambos tipos de actividades, por ejemplo, a
través de compra-venta de tierras y embarcaciones, asociaciones comerciales y
comisos de mercancía.
Durante el siglo XIX numerosos apellidos de
origen español y portugués se deslizan por los documentos, para dejar
constancia de una activa participación sefardita, indicadora de un proceso de
arraigo temprano a la recién independizada Venezuela. Curiel, Maduro, López,
Henríquez, Senior, Abenatar, Penso, Marchena, de Castro, Cohen, Fidanque, Levy,
Lindo, Valencia, Pardo, Pereira, Cadet, Jesurún, Brandao, Moreno, Cáseres, Da
Costa, Gómez, Del valle, Capriles, Myerston, Álvarez, Correa ... son algunos de
los apellidos que asentaron en la ciudad de Coro.
El proceso
arrancó en forma permanente desde 1825, con personajes como David Hoheb y su
esposa Sara Penso, destacando éste por su solicitud de nacionalidad
grancolombiana y luego venezolana, para luego alcanzar posiciones políticas de
importancia, como alcalde segundo municipal y juez segundo de paz. Joseph
Curiel y su esposa Débora Levy Maduro, a quienes en una versión se atribuye la
creación del cementerio judío de Coro. Estos primeros personajes pasaron de
apoyar la independencia a apoyar a la nación que surgía, en medio de una serie
de compromisos políticos que se deducen del análisis de ciertas fuentes. Ello
podría explicar, por ejemplo, los préstamos a las autoridades proporcionados
por algunos de estos comerciantes desde los primeros tiempos, como los casos
del ya mencionado Hoheb y de J. Abenatar apenas en 1827[13].
La tradición
historiográfica centra el quehacer económico de este grupo en el comercio
exportador-importador, legal o ilegal. Esto es válido para el período colonial.
Ya residenciados en tierra firme, la documentación demuestra el interés de
diversos sefarditas por la adquisición de propiedades, el préstamo a interés y
el comercio al detal; hacia el final del siglo XIX aparecerán las inversiones
fabriles e incluso la inversión en proyectos de tipo bancario. En el plano
político y de administración pública, la participación fue mucho más gradual y
contada, destacando en los primeros tiempos el ya citado David Hoheb, y
posteriormente otros como Samuel Levi Maduro (concejal del cantón Coro, 1846),
Ángel Jesurún (vice-cónsul de Holanda en Coro, 1848), David López Fonseca
(múltiples cargos a lo largo de su vida pública, que corre desde los años
sesenta del siglo XIX, entre ellos, procurador del estado en 1920), Manasés
Capriles (agente consular de España en La Vela, 1878), Josías Senior (agente
consular de los EUA, 1891), M. Vaz Capriles (tesorero municipal distrito
Miranda, 1904), José Curiel Abenatar (presidente del consejo municipal del
distrito Miranda (1906), rector del Colegio Nacional de Varones de Coro cuando
menos desde 1904 y hasta su muerte, en 1910), José David Curiel (relator de la
corte suprema de justicia del estado, 1915), Abraham Senior (vice-presidente
del consejo municipal del distrito Miranda, 1921).
Los ires y
venires de estos apellidos se centran en torno a diversos sucesos, de los
cuales destacan tres situaciones límites: los motines antijudíos de 1831 y
1855, y el cisma entre los seguidores del rito ortodoxo portugués y los
reformados de rito estadounidense, ocurrido en Curazao en el año 1863[14].
Tras cada uno de los dos primeros eventos hubo un reflujo de la comunidad hacia
Curazao, y la presencia de los apellidos se fue decantando en forma progresiva.
El cisma de 1863, nunca abordado en su relación a la comunidad coriana, permite
vislumbrar un componente esencial para el arraigo en Coro de algunas familias
que se involucraron fuertemente en aquellos sucesos, como el apellido Senior.
El resultado
final, cerrándose el siglo XIX, fue la presencia, pequeña y poderosa, de
contados apellidos sefarditas que, tras fuertes emparentamientos endogámicos,
formaban una especie de gran familia donde destacaban los apellidos Curiel,
López Fonseca, Capriles, Senior, de Lima, Maduro, Vaz, Abenatar, Correa, Cohen
y Henríquez; algunos de ellos en forma compuesta, como López-Fonseca,
Levy-Maduro y Cohen-Henríquez. Pero la endogamia no funcionó como garante de
preservación étnica ni religiosa, al fisurarse el mecanismo debido a uniones de
varones con gentiles, como se verá más adelante; y al quedar limitadas las
mujeres sefarditas a la opción de la soltería, ante la escasez de parejas de su
misma comunidad y el debilitamiento de los lazos con el grupo de Curazao.
La comunidad
sefardita coriana vivió en forma acelerada, a partir del último cuarto del
siglo XIX, un proceso de cambio cultural que culminó en la pérdida del patrón
de identidad religiosa y la asimilación al catolicismo. Un proceso similar
vivió la pequeña comunidad protestante que radicó en el Puerto de Cumarebo.
Pero los documentos remiten mucho más atrás. El más temprano documento ubicado
hasta el presente sobre este particular, data del año 1688, y reposa en el
Archivo Histórico de Coro-UNEFM, Sección Causas Civiles. Sin embargo,
sólo en el descenso del siglo XIX se puede advertir de manera contundente cómo
se iba desdibujando el perfil religioso de la comunidad. Muy probablemente, las
situaciones límites vividas en 1831 y 1855 hayan estimulado este proceso. Deben
también considerarse las repercusiones del impulso al Estado laico, llevado en
forma definitiva por Guzmán Blanco, y que estimularon las uniones mixtas a
través de matrimonios civiles e impusieron restricciones a ciertas pautas
religiosas, como los entierros directos, que fueron prohibidos por nuevas
disposiciones sanitarias. Igualmente ha
de tenerse en cuenta el brote xenofóbico del año 1900, que en esa ocasión no
llegó a prosperar.
En forma
gradual se dio la pérdida del imaginario del grupo, traducida en la ausencia de
una práctica religiosa cotidiana y consistente, al no haber rabino; en el
olvido de las lenguas madres y el lenguaje y tiempo religioso; desaparición de
usos, costumbres y culinaria; hibridación de la identidad personal al imponerse
nombres del santoral católico, entre otros. Todo ello se visualiza en las
lápidas y estatuaria del cementerio judío de Coro, que plasman con fuerza, a
partir del último cuarto del siglo XIX, un llamativo sincretismo religioso
asociado a las muertes de niños de apellidos Senior, Henríquez, Capriles,
Maduro y López Fonseca, iniciándose con la lápida de la niña Leah Senior,
muerta en 1869. Debe sumarse a lo anterior la intensa e importante
participación en la masonería y el estrecho contacto con masones católicos,
generando un clima de liberalismo e intelectualidad que se tradujo en uniones
civiles con gentiles, como los casos de Abraham Senior y Rosario Molina,
Segismundo Senior y Eugenia Molina, José Curiel Abenatar y María Sánchez
Atienza, Efraim Curiel y María Sierraalta Hermoso; y las uniones consensuales,
como el caso de José David Curiel, Salomón Levi Maduro Vaz y Elías López
Fonseca.
Progresivamente,
la pérdida de los referenciales que daban identidad al grupo, permitiéndole
reconocerse como particular y distinto, culminó en la incapacidad de
legitimarse como tal ante otros grupos y ante sí mismo. La memoria oral ha
permitido detectar indicios de una religiosidad que pudiera asimilarse al
cripto judaísmo, quizás residuos de ancestrales mecanismos de resistencia; así
como de usos y costumbres posiblemente derivados de mecanismos de simulación,
de aparente alianza con el grupo dominante, pero que ya habían perdido en el
grupo coriano su sentido como elementos de defensa. Finalmente, individuos y familias
–independientemente a su pasado y posicionamiento económico social- optaron por
soluciones diversas que derivaron en la atomización y dispersión de la
comunidad. Los proyectos de vida resultantes del cambio cultural tuvieron como
común denominador la conversión a la fe católica, la mayoría de ellos sin
desconocer sus raíces.
FUENTES
Aizenberg, Isidoro, La comunidad
judía de Coro 1824-1900. Caracas, Biblioteca de Autores y Temas
Falconianos, 1983.
Arauz, Celestino, El
contrabando holandés en el Caribe durante la primera mitad del siglo XVIII.
Caracas, Academia Nacional de la Historia, 2 Vol., 1984.
Emmanuel, Isaac y Suzanne, History of the
jews of the Netherlands Antilles, t. I. EUA, American Jewish Archives,
1970.
Felice, Carlos, Curazao
hispánico (Antagonismo flamenco-español). Caracas, Ediciones de la
Presidencia de la República, 1982.
González, Carlos, Documentos
para la historia de las Antillas Neerlandesas. Fondo Registro Principal. Coro, Edición UNEFM, 1997.
Likerman, Susana, «Cambios de
conducta de las personas en los grupos familiares hispano-judíos ante la
conversión y la instalación de la inquisición». Artículo en: Sefárdica.
Publicación del Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefardí. N°
12, abril de 2001. Argentina.
Olavarriaga, Pedro José de, Instrucción
general y particular del estado presente de la Provincia de Venezuela en los
años 1720 y 1721. Caracas, Edición Fundación CADAFE, 1981.
[1] Pedro
José de Olavarriaga, Instrucción general y particular del estado presente de
la Provincia de Venezuela en los años 1720 y 1721, p. 104.
[2] AGI,
Santo Domingo, legajo 652. En: Celestino Arauz Monfante, El contrabando
holandés en el Caribe durante la primera mitad del siglo XVIII, t. I., p.
105.
[3]
AHC-UNEFM, Sección Instrumentos Públicos (SIP), t. XXIII, f. 11
vto. En: Carlos González, Documentos para la historia de las Antillas
Neerlandesas. Fondo Registro Principal, p. 81.
[4] AHC-UNEFM, Sección
Causas Civiles (SCC), Doc.
27. En: Carlos González, Documentos para la historia de las Antillas
Neerlandesas. Fondo Registro Principal, pp. 130-131.
[5]
Vicente de Amézaga Aresti, Vicente Antonio de Icuza comandante de corsarios.
Citado por: Isidoro Aizenberg, La comunidad judía de Coro 1824-1900, p.
18.
[6] AGN, Sección
Negocios Eclesiásticos, tomo XIV, fol. 200-213 vto.
[7]
Vicente de Amezaga Aresti en Aizenberg, Ob. Cit., p. 19.
[8] AGN, Sección Negocios
Eclesiásticos, tomo XL, fol. 213-215 vto.
[9]
AHC-UNEFM, SIP, t.
XLVI, f. 110. En: Carlos González, Documentos para la historia de las
Antillas Neerlandesas. Fondo Registro Principal, p. 93.
[10]
Vicente de Amézaga Aresti, Vicente Antonio de Icuza comandante de corsarios.
Citado por: Isidoro Aizenberg, Ob.
Cit., p. 20.
[11]
Archivo General de la Nación, Sección Traslados, t. CXLVI, fols. 68-71.
[12]
Isidoro Aizenberg, Ob. Cit., p. 39.
[13] AGN,
Sección Gastos Públicos, t. LXXI, fols. 139 y 350.
[14] Isaac y Suzanne Emmanuel, History
of the jews of the Netherlands Antilles, t. I, pp. 372-378.
21 comentarios:
De mi lado paterno, soy descendiente de sefardíes curazoleños emigrados a Falcón. He estado recopilando datos al respecto y conseguí esta excelente fuente de información. Gracias por este trabajo.
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Sophie:
gracias por la recomendación.
Hola mi nombre es Rafael ovidio Cohen hijo de Rafael Ovidio Cohen herfertz, nieto de ovidio Cohen cohen y viznieto de henrique cohen de Puerto Cabello donde puedo conseguir mas informacion o records de mis decendientes.
Gracias.
Rafael Cohen
billo1066@comcast.net
DRA BLANCA ME PUEDE DAR ALGUNA INFORMACION SOBRE MIS ANCESTROS DE APELLIDO DE LIMA SE QUE MI ABUELO SE LLAMO RAUL DE LIMA Y TIENE UNOS HERMANOS DE NOMBRES JOSIAS - DAVID - LIGIA SALOMON ETC SE QUE UNOS LLEGARON A CORO Y LUEGO EMIGRARON A LOS TEQUES Y OTROS A BARCELONA DE ARAGUA- GRACIAS
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Hola buenas noches, yo estoy interesado en conocer mis raíces, mis apellidos son: Cabrera por parte de mi padre y Olivo por parte de mi madre, tengo entendido que mis bisabuelos eran de las Islas Canarias, se también que mis abuelos paternos vivieron en Falcón donde actualmente tengo una gran cantidad de familia, tengo bastante interés en saber mi genealogía, busque en una lista de apellidos de origen sefardí y aparecen mis dos apellidos. Quiero recopilar toda la información que pueda. Si alguien me puede ayudar y orientar al respecto, les estaré agradecido.
Luis Cabrera
acabrera653@hotmail.com
luis.a.cabrera09@gmail.com
Hola me uno a la petición para buscar archivos de Sefarditas en Venezuela.
Mi historia es sobre lectura familiar casi seguro algunos ya doc con papel hay 4 apellidos que se perfilan como judíos en diferentes entradas y periodos y siglos FINALES DEL XV Torres línea Espanol del poniente , tengo una Linea STUCH Nusprechen (franco aleman)maracaibo una línea Valbuena de islas de las Antillas de Trinidad. Una línea Castellano (Espanol) pero Trabajo las lineas sin desestimar la historia del descubrimiento de las Américas eran comerciantes y siempre el negocio con textiles era lo que en un principio se considero sobre la historia familiar mi nombre es Pedro Castellano Torres tele 04149630211. Busco incansablemente hasta armar el rompecabezas y llegar al origen judío Espanol corrobora ble con documentos.
Hola necesito ayuda para corroborar el origen sefardi de mi apellido Atienza. De Coro. Gracias
Buenas noches, me gustaría saber si tiene alguna información de Silania Cohen Henriquez, que llegó a Falcón, todo indica que llego de Curazao a Cumarebo, y se casó con un español, llamado Basilio Bonifacio Chirino, gracias muy amable
Hola, mis respetos por su tarea. Mi apellido Oramas es origen sefardi? Puedo saberlo? Por que medios.... Gracias
Hola, mis respetos por su tarea. Mi apellido Oramas es origen sefardi? Puedo saberlo? Por que medios.... Gracias
Sra. Blanca estamos interesados en obtener la certificación de nuestro apellido Narváez Vaz, descendiente de los Vaz-Capriles, entiendo que usted hace ese trabajo, seria posible.
saludos cordiales he estado investigando sobre mis origenes de mis apellidos Avila Gonzalez y son de origen sefardita como hago para obtner la certificacion mi correo es josemanuel155@yahoo.com
A los lectores de mi blog que estén interesados en saber si sus apellidos se relacionan con las genealogías sefarditas en el eje Curazao-Venezuela y otros puntos del Caribe como Colombia,Panamá y República Dominicana; favor escribirme a blancadelima@hotmail.com, por esa vía podré aclarar a cada interesado el o los puntos en particular de su interés.
Saludos cordiales.
Hola como puedo llegar hasta la informacíon de judios en el estado falcon me llamo Anselmo Reyes y tengo entendido por mis patientes de falcon los cuales ya perecieron de nuestro origen judio. Solo que no podemos demostrar. Gracias agradezco su ayuda
Eres descendiente de herman cohen Henríquez?
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